lunes, 27 de diciembre de 2010

Aprendre a decidir, o l'art de centrar-se en el caos d'un reportatge

Qué seleccionar de una entrevista

Al seleccionar fragmentos de entrevista, escoged lo que vuestro lápiz no pueda decir ni vuestra voz imitar.
  • Prever el rodaje. Hay que entrevistarse personal o telefónicamente con las fuentes e imaginar las secuencias de modo que el rodaje salga lo mejor posible. Para realizar un informe sobre los coches eléctricos contacté con Patrick Renau, un ingeniero industrial, quien me explicó que el nivel de eficiencia de un motor de gasolina en ciclo urbano es del 9%, es decir, que el 91% de la energía proporcionada por la gasolina se pierde. En cambio, un motor eléctrico aprovecha el 65% de la potencia acumulada en las baterías; es siete veces más eficiente. ¿Cómo reforzar esta idea? Le pedí que construyese dos cubos, uno siete veces mayor que el otro. En el menor escribió 9% y en el mayor, 65%. Así, durante la entrevista pudo comparar ambos niveles de eficiencia y el público pudo visualizar mejor la diferencia. Esto no se puede improvisar, o lo piensas antes o ya no se puede hacer.
  • Buscad la opinión, la elección y la reacción del personaje, son tres buenos recursos mentales durante cualquier entrevista.
  • Oficio y sentido común. Hay que preguntar lo que nos dicte nuestro sentido común, aquello que quisiéramos saber. La curiosidad es mejor que cualquier teoría porque hace que las preguntas broten solas. No obstante, en el arte de la entrevista es muy importante la experiencia, porque hay una serie de trucos psicológicos que son determinantes para obtener respuestas claras, repercusivas y fáciles de editar. La entrevista se puede plantear sobre ejes mentales muy parecidos a los que usamos en la selección de temas:”Descúbrame cosas y consiga que las entienda.Explíqueme qué está cambiando y por qué.Cuénteme sus conflictos con los demás y con usted mismo.”  Como no siempre disponemos del tiempo necesario para indagar a fondo acerca del personaje o sus circunstancias, es bueno disponer de algunos comodines mentales que unidos a nuestra rapidez de reflejos nos ayuden a dar pie a la conversación. (...) Aristóteles ya nos aconsejó hacernos cuatro preguntas cada vez que asistimos a un cambio:
    • ¿Qué ha cambiado?
    • ¿Qué es lo que ha provocado el cambio?
    • ¿Con qué finalidad?
    • ¿Con qué resultado?
Armado de estas cuatro preguntas, un reportero puede construir el esquema del 99% de entrevistas que tenga que hacer en su vida.